La pincelada empastada es la pincelada espesa, recargada de pintura. Es una pincelada con carácter, que tiene la fuerza de transmitir emociones “independientemente de lo que está pintando”: pasión, violencia, enojo, tormento. Una pincelada empastada, por esas características, es parte de lo que se llama “pintura gestual”.
Pero hay una característica en el empaste que va más allá de la emoción del artista: al ser una pincelada rápida y “desprolija” (el exceso de pintura la hace despareja, como descuidada), le da a la obra un tono de frescura, de espontaneidad. Da la idea de un artista expresándose sin ataduras, sin poses, siendo él mismo, siendo espontáneo.

Entre musas