Juan Carlos Gea a la expo de un amigo
"«Todos los sueños se nos aparecen como relatos sin origen, narraciones inacabadas, partes de un flujo que mana de aguas oscuras y acaba disuelto en la luz de la vigilia después de deslizarse un momento ante la luz –esta, interior– de la mente dormida. Buceamos en sus fuentes buscando el principio de la historia; escrutamos sus rescoldos para inventarles una continuación o esclarecer el mensaje escondido. Nos equivocamos. Todos los sueños, hasta los más intempestivos y mutilados, son perfectos: piezas exentas, soberanas, plenamente rematadas. Desafiantes y, en el fondo, siempre indescifrables...
Pero el único gran relato es de la vida de la que fueron brotando. Son testimonio, sin más, de que hubo una visión que puso la mano en marcha, que llenó cuadernos aquí y allá, que no descansó a lo largo de los años y dejó este rastro que ahora compartimos. Y esta tentación –demonios– de desvelar la historia que se resisten a contarnos, el sentido profundo de su reto. Al final, no queda más remedio que leerlos, que apropiárselos, que inventarles un significado. Como a los sueños».
-Juan Carlos Gea.
Pero el único gran relato es de la vida de la que fueron brotando. Son testimonio, sin más, de que hubo una visión que puso la mano en marcha, que llenó cuadernos aquí y allá, que no descansó a lo largo de los años y dejó este rastro que ahora compartimos. Y esta tentación –demonios– de desvelar la historia que se resisten a contarnos, el sentido profundo de su reto. Al final, no queda más remedio que leerlos, que apropiárselos, que inventarles un significado. Como a los sueños».
-Juan Carlos Gea.
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